El turismo dentro de Estados Unidos está más diverso que nunca, con diferentes grupos etarios y socioeconómicos abrazando el viaje doméstico. Mientras los millennials lideran en cantidad, los baby boomers continúan siendo importantes por su poder adquisitivo y preferencia por la naturaleza, mientras que los jóvenes Gen Z destacan por su compromiso con la sostenibilidad. Esta combinación de factores impulsa una industria en plena evolución, adaptándose a las demandas y deseos de los viajeros actuales.
By Arturo Rivas
En el último año, el turismo interno en Estados Unidos ha experimentado un notable aumento, impulsado por una creciente preferencia de los estadounidenses por explorar su propio país, favorecidos por la recuperación económica y la flexibilización de restricciones tras la pandemia de Covid-19. Este fenómeno ha permitido observar tendencias clave sobre quiénes viajan más, desde las perspectivas etaria, socioeconómica y geográfica.
¿Quiénes están viajando más?
Los millennials (25-40 años) encabezan las listas como el grupo etario que más viaja dentro del país. Este segmento de la población tiene un marcado interés por experiencias auténticas y locales, como el turismo cultural y de aventura. Los baby boomers (57-75 años), aunque menos propensos a viajes largos o internacionales, también juegan un rol clave en el turismo doméstico, especialmente para destinos relajantes o asociados a la naturaleza, como parques nacionales y destinos rurales.
En cuanto al nivel socioeconómico, los viajes dentro de Estados Unidos están siendo dominados por la clase media-alta. Los hogares con ingresos superiores a los $75,000 al año tienden a viajar más, favoreciendo destinos que ofrezcan comodidades de lujo y experiencias únicas. No obstante, las ofertas de bajo costo, como los road trips y campings, también están atrayendo a viajeros de clase media-baja, quienes buscan disfrutar de unas vacaciones accesibles.
Regiones y patrones de origen y destino
Las principales regiones que producen más viajeros son las costas este y oeste, con estados como Nueva York, California y Florida liderando la lista de origen de turistas. Esto se debe en parte a la densidad de población en estos estados y a su acceso a aeropuertos internacionales y redes de transporte eficientes. Asimismo, estos estados también figuran entre los destinos más populares, con ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Miami, que siguen siendo imanes turísticos por sus atracciones icónicas, cultura y vida nocturna.
No obstante, una tendencia creciente es la de los viajeros de zonas rurales y suburbanas que buscan explorar destinos naturales y menos saturados, como los parques nacionales del oeste (Yellowstone, Yosemite) y las áreas montañosas de Colorado y Utah. El turismo rural y de carretera (road trips) ha ganado popularidad, particularmente entre las familias y los jóvenes viajeros en busca de aventuras accesibles y seguras.
Cambios impulsados por las nuevas generaciones
Una tendencia significativa es la creciente importancia del turismo sostenible, impulsado principalmente por los Gen Z (18-24 años), quienes están más inclinados hacia viajes que minimicen su huella de carbono y beneficien a las comunidades locales. Prefieren destinos que promuevan la conservación ambiental y la autenticidad cultural, optando por alojamientos ecológicos y transportes alternativos.
Finalmente, los viajes internos han sido facilitados por nuevas plataformas tecnológicas que ofrecen planificación flexible, como Airbnb y diversas aplicaciones de viajes que permiten a los turistas de todas las edades y estratos socioeconómicos encontrar experiencias adaptadas a sus preferencias y presupuestos.
Una industria en plena evolución
El turismo dentro de Estados Unidos está más diverso que nunca, con diferentes grupos etarios y socioeconómicos abrazando el viaje doméstico. Mientras los millennials lideran en cantidad, los baby boomers continúan siendo importantes por su poder adquisitivo y preferencia por la naturaleza, mientras que los jóvenes Gen Z destacan por su compromiso con la sostenibilidad. Esta combinación de factores impulsa una industria en plena evolución, adaptándose a las demandas y deseos de los viajeros actuales.