El servicio turístico de cruceros de Estados Unidos, el primero que sufrió el impacto económico por el coronavirus y aplazó su regreso en más de cuatro ocasiones, anunció que mantendrá suspendidas sus operaciones este año debido al Covid-19 y pese al levantamiento del veto de navegar decretado recientemente por el gobierno estadounidense.
La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros CLIA, que representa al 95 % de las compañías con cruceros oceánicos, informó que hasta el próximo 31 de diciembre conservará una suspensión voluntaria en Estados Unidos, y aprovechará el resto del año para implementar medidas sanitarias con la orientación de expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades CDC.
CLIA destacó que esa industria genera más de $53,000 millones de dólares en actividad económica anual y respalda 421,000 empleos que abarcan casi todos los sectores. “Cada día sin operaciones de cruceros en Estados Unidos resulta en la pérdida de casi 1,000 empleos”. De mediados de marzo a la fecha las pérdidas se estiman en más de $25,000 millones de dólares y más de 164,000 empleos.
El gobierno estadounidense levantó la prohibición a la navegación de cruceros en puertos del país después de casi ocho meses de parálisis debido a la pandemia, pero de forma condicionada y escalonada. El veto venció el sábado 31 de octubre y la navegación podrá comenzar cuando se cumplan varias fases para asegurar un retorno seguro, según los CDC.
El fin de la prohibición estadounidense permite de nuevo a los cruceros grandes navegar en sus aguas, a partir del anuncio de una nueva Orden de “Navegación Condicional” de los Centros para Control y la Prevención de Enfermedades CDC con la que inició una reanudación gradual de las operaciones de cruceros.
Las nuevas reglas requieren que los cruceros establezcan procedimientos de pruebas COVID-19 para pasajeros y tripulación y operen con capacidad limitada. Los CDC, que paralizaron la actividad naviera en Estados Unidos desde el pasado 13 de marzo, establecieron en una primera fase pruebas y salvaguardas para la tripulación, seguidas de viajes simulados para asegurarse que podrán mitigar el riesgo de contagio.
Mientras tanto, Canadá extendió hasta febrero la prohibición en sus aguas, en vigor desde el 19 de marzo, a cruceros con alojamiento durante la noche para más de 100 personas, así como a embarcaciones de recreo en busca de aventuras y barcos de pasajeros con más de 12 personas. Esto incluye multas de hasta $ 5,000 para un individuo y $ 25,000 para una corporación.