La piedra donde finaliza Europa

Un pedacito de roca, llamado “la piedra donde finaliza Europa” se ha convertido en sitio de moda y hay turistas que pagan hasta 1, 800 euros tan solo para subirse en ella por cerca de 20 minutos.

En realidad se trata de la isla de Rockall, una roca gigantesca de 90 pies de altura ubicada en el Océano Atlántico Norte, cerca de Escocia, a 240 kilómetros al oeste de las Hébridas Exteriores, en las Islas Británicas. Un sitio inhabitable, golpeado en invierno por las bajas temperaturas y grandes olas.

Su fama generó la formación de un grupo que a la fecha tiene inscritos a 18 aventureros, quienes pagarán muy caro visitar el islote por un poco más de 20 minutos en la primavera del 2020. Este viaje se organiza a través de las agencias Kraken Travel y Lupin Travel, y se sumarán en apoyo al grupo siete personas debidamente preparadas.

De acuerdo con las agencias, continúa la demanda de inscripciones, sin embargo, se agotó la oferta por la capacidad del sitio. Quienes aún sigan interesados deberán esperar a mayo y junio de 2022 para enrolarse en un nuevo grupo, que costaría unos 2.200 dólares por persona.

Los expedicionarios del próximo año no serán los primeros que lleguen a pisar la roca, ya que a la fecha al menos 200 personas han navegado y visitado este lugar inhóspito por su cuenta, la última vez en 2016, incluso se sabe que un aventurero escocés estuvo en la isla de Rockall durante 43 días en 2014.

La expedición de 2020, según indican las agencias organizadoras, utilizará una goleta de 1918, y al llegar todos los visitantes deberán enfundarse en sus trajes de neopreno, ponerse botas y sus dispositivos de flotación.

Después tendrán entre 18 y 20 minutos para caminar un área emergida de 570 metros cuadrados accesibles, donde la potencia del mar sobre esa área, así como la intensidad y temperatura de los vientos, pueden hacer que para algunos la experiencia resulte demasiado intensa.

El problema principal es no poder caminar demasiado, y si no ha habido una tormenta, generalmente hay mucho excremento de aves, lo que hace la superficie resbaladiza y maloliente. Además, el mar y los vientos convierten el sitio en sombrío y frío.

La isla de Rockall pertenece en teoría al Reino Unido desde 1955, aunque países como Irlanda, Islandia y Dinamarca aun no lo reconocen oficialmente. También es un territorio por el que Escocia e Irlanda mantienen una disputa.