Las aerolíneas están luchando por mantenerse en el mercado pese al coronavirus, por lo que añaden medidas para atraer la confianza del viajero. Una de las recientes acciones fue bloquear desde mediados de abril el asiento central de los aviones para minimizar el riesgo de contagio, aun cuando resulta inviable económicamente para todas.
A su regreso al cielo las empresas aéreas establecieron medidas sanitarias que al parecer no son suficientes, por lo que buscaron reforzar su oferta a los consumidores, pero su propuesta de eliminar el odiado asiento de en medio fue reprobada por International Air Transport Association (IATA).
En un reciente informe la organización concluye que de llevarse a cabo la medidas “solo sobrevivirían cuatro de las 122 aerolíneas que han sido objeto de análisis”. Esta limitación de espacio, explica, provocaría que la ocupación máxima permitida pase al 62%, un porcentaje muy inferior al 77% que se necesita para que un vuelo sea rentable.
Según IATA, la única opción para aplicar la medida sería establecer un incremento drástico de las tarifas: “Para alcanzar un punto de equilibrio, el precio medio del boleto debería subir entre un 43% y un 54%, dependiendo de la región”. Es decir, la eliminación del asiento central solo puede darse elevando el costo del pasaje o de lo contrario provocaría la quiebra de las empresas.
El reporte de IATA también precisa que, independientemente del aumento de precio, el distanciamiento social dentro de los aviones no ayudaría a reducir el riesgo de contagio. “Las autoridades recomiendan de uno a dos metros de distancia entre individuos, mientras que el ancho promedio del asiento central es inferior a 50 centímetros”, apunta.
No obstante, la empresa Delta anunció en un comunicado que comenzará a bloquear asientos de ventanas y pasillos, además de todos los asientos intermedios, para promover el distanciamiento social, una medida que mantendrá hasta al menos el 30 de junio.
Esto implica el bloqueo del 50% de los asientos en primera clase y el 40% en la cabina principal sin posibilidad de reservar. En las próximas semanas, toda la flota de Delta tendrá alguna versión de asientos bloqueados, sin importar el tamaño de la aeronave, incluso los aviones más pequeños, con solo 2×2 asientos, también alentarán la distancia entre los pasajeros.
Desde mediados de abril, Delta y muchas otras aerolíneas comenzaron a bloquear el asiento central para alentar el distanciamiento social en la cabina, medida que la empresa está ampliando para seleccionar asientos de ventanas y pasillos.
Además de limitar la capacidad de la cabina, Delta también ha recortado significativamente sus ofertas de vuelo. La aerolínea redujo el 15 por ciento de su capacidad nacional en respuesta a la disminución de viajes, y ahora también exige que los pasajeros usen mascarillas en el aeropuerto y a bordo.
Por su parte United decidió reducir a tiempo parcial el trabajo de 15,000 empleados del aeropuerto, el 30% de sus administrativos, para reducir sus costos ante la dramática caída en la demanda de vuelos. Es decir, a partir del 24 de mayo los manipuladores de equipaje a tiempo completo, los agentes de servicio al cliente y los de reservas pasarán de trabajar 40 horas a la semana a 30.
United y otras aerolíneas que aceptaron fondos federales, del paquete de ayuda emergente por $2.2 billones, acordaron retrasar la realización de despidos involuntarios hasta el 30 de septiembre. La aerolínea con sede en Chicago planea recortar más de 3,400 puestos administrativos el 1 de octubre, de acuerdo con información de directivos al personal.